viernes, 10 de noviembre de 2017

Voluntad y fe

Prueba de la Hakama de Raúl Jesús (Noviembre 2017) 

Mi trabajo para prepararla empezó convirtiéndose en algo exclusivamente físico. Tardé algo más en entender que podría llegar muy bien físicamente a la prueba pero que sería necesario trabajar otros aspectos, ya que no se puede olvidar que el cuerpo está totalmente subordinado a nuestra mente. Así empecé a tomar conciencia de ello y traté de mantener mi mente aislada, de no permitir que se instalaran pensamientos negativos, derrotistas. Después de algunos simulacros, volví e replantearme mi trabajo para la prueba. Durante los simulacros me disipaba intentando mejorar, analizar, buscar perfeccionar la caída. Pero esto me llevaba a perder la concentración, la respiración; en definitiva, me alejaba de una armonía ya de por sí bastante distante. Pensaba en el golpe seco del impacto, en mi manera de saltar, dejar hacer a tori, sujetar firme la muñeca de tori, levantarme con marcialidad, mantener una expresión marcial, no parecer cansado, etc. Con todo esto, se me hacía muy difícil coordinarme, así que acabé por entender que el trabajo de uke no iba consolidarse en esta prueba, que iría evolucionando poco a poco con el trabajo diario, la constancia y la búsqueda personal. La prueba de la hakama no debía ser un momento de análisis; debía darlo todo mí y para conseguirlo tan solo era necesario no pensar en nada, concentrarme en mi respiración y levantarme de nuevo. Con esta actitud avancé hacía el centro del tatami y saludé a tori.

Creo que el maestro sabía con antelación cuál era mi trabajo. Que mi mente estaba acuartelada en mi condición física y mientras pudiera dosificar mis fuerzas no tendría problemas. Así, poco a poco y de una manera constante, supo someter, rendir mi fortaleza física para desnudarme de ella y enfrentarme así a la última prueba abatido, agotado, consumido por la entrega, extenuado pero sin rendirme. En las últimas técnicas antes de la prueba final trabajé con él, y con otros compañeros que se presentan a examen de Dan. No existía  posibilidad de dosificar ni guardar nada, se lo debía a mis compañeros y… todos sabemos que cuando realizamos alguna técnica con Bruno intentamos ser más fluidos, más marciales, mejor de lo que somos y lo damos todo,  así fue como sin pensar en lo que quedaba ni lo que vendría apure mis últimas fuerzas con ellos. Cuando terminé las técnicas y me senté en seiza pensé que vendría otra técnica más y con suerte podría recuperar un poco de aliento. Sentía el corazón golpear en mi pecho, me faltaba el aire, me empecé a sentir molestias en muñecas, tobillos, y rodilla, pero pensaba que tras unos minutos para tomar el aire y bajar pulsaciones podría seguir un pelín más. En ese momento, abstraído y apresurado por recomponerme mis pedazos, Bruno me llamó para salir y terminar con la última prueba.
En ese momento se me cayó el mundo encima. No podía rendirme, pero estaba extenuado; las pulsaciones las tenía muy altas. Mi mente ya sin ninguna custodia física se enfrentaba a esta última prueba, la verdadera prueba. La lucha con uno mismo. Es ahí, en ese momento, cuando mi compañero, una vez más, entró en escena para liquidar, para lidiar con lo que quedaba de mí. Tras unos cuantos kokyunages, empecé a sentir el agotamiento como una losa, el dolor, caída tras caída se iba instalando en cada parte de mi cuerpo. Ése era el momento que temía y esperaba, mi cometido, mi trabajo: bloquear, aislarme de esa fatídica sensación. Desactivar los sensores de mi mente y dejando tan solo uno, el único necesario que como un mantra repiqueteaba en mi mente "Levántate".  No había ni rastro de marcialidad, ni elegancia, ni rastro de lo que era cuando empecé. Empecé a escuchar palabras de ánimo. Sabía que llevaba muy pocas caídas aún, no sabía cómo iba a llegar al mínimo que esperaba pero mientras tuviera fuerzas, aun lentamente, de forma ortopédica y con la cara desencajada por el esfuerzo, seguiría hasta que no pudiera más. Y así lo hice hasta que oí la palmada del maestro que ponía fin a mi prueba.
Mi prueba de Hakama ha sido una lucha contra mis límites pero no físicos; ha sido un encuentro con ese yo que mantenía guarecido y que no conocía. Bruno me acercó a él,  me lo presentó. El encuentro con nuestra voluntad de seguir, con el deseo de no desfallecer, la ausencia de opción a rendirse. La fe en el éxito si lo has dado todo día tras día, en cada entreno, porque mi combate seguramente ya está decidido antes de llevarse a cabo y yo sin saberlo. Con esas pequeñas e insignificantes victorias diarias, contra la pereza, contra el cansancio, contra la desidia y sobre todo contra la frustración diaria entrenar y sentir que no acabar de salir nada bien pero… volver otro día más para volverlo a intentar.
Durante estos casi 3 años en el Club, la hakama ha ido adquiriendo un sentido para mí, como adhiriéndose a ella diferentes significados a parte de los ya tradicionales del budo. Para mí, la hakama significa aprender a levantarse, es compañerismo; es ilusión y perseverancia; es entrega y obstinación; es mejorar, continuar y ser paciente. También significa negociar con la frustración de sentir que no se avanza, con el estancamiento, de que no sale nada, de que se va hacia atrás, incluso de sentir que uno acaba de encajar. Para mí la hakama son emociones de todo tipo con las que tengo que lidiar. Pero lo más importante es que significa haber tenido la oportunidad durante este tiempo de conocer y compartir entrenos y momentos con gente tan maravillosa.
En el Club Aikido Alcoy, esta prueba tiene una carga simbólica muy potente para todos nosotros, la esperamos con nerviosismo y la tememos con mucho respeto. Representa nuestro compromiso con el aikido, la voluntad en nuestro propósito de continuar en este tránsito y peregrinaje tan personal. La última parada previa al Shodan, tiempo breve de reflexión y de coger un nuevo impulso.
Quiero dar las gracias a todos mis compañeros por ayudarme a mejorar poco a poco y especialmente a Jordi y Javi, por aguantarme en los momentos de flaqueza y desánimo y darme su apoyo para continuar, y a Bruno Balaguer, mi maestro, por inspirarme sin palabras, solo con su actitud, convertirse con su ejemplo en el referente donde apunta mi brújula de guerrero, por su convicción, dedicación y amor por el aikido. Gracias por hacer de mi un aikidoka.

miércoles, 18 de octubre de 2017

Caer y levantarse

Hace casi tres años descubrí a este gran club y con él, la verdadera esencia del Aikido. El comienzo fue muy duro físicamente para mí, dada la vida tan sedentaria que tenía desde hacía unos años. La motivación que me hizo dar el paso de formar parte de esta gran familia fue el texto escrito por nuestra compañera Encarni sobre sus sentimientos vividos en su superación personal y la victoria contra el propio miedo, la vergüenza y el dolor. Me alegra haber podido realizar este descubrimiento que me ha marcado tan positivamente en mi vida, ahora no concibo una vida sin el Aikido.

La primera prueba a la que asistí fue la de Fran, aprendí que no sólo es una prueba física, también influye la motivación, la lucha contra uno mismo, el poder de la mente, la fuerza que somos capaces de expresar y la resistencia a la derrota.

Pero ninguna palabra transmite las sensaciones que se viven en la prueba de la Hakama. El miedo, el dolor, la vergüenza y la sensación de abatimiento no se pueden describir. Caer y levantarse, caer otra vez y otra, en un bucle que no parece tener fin. Con tu mente en contra y el fracaso siempre presente, descubres que estás solo. Te duele el cuerpo y apenas puedes respirar, pero al final te levantas e intentas mantener la marcialidad, en un combate interminable contra uno mismo.

Me siento orgulloso de haber llegado hasta aquí, es un honor. Tengo un largo camino por recorrer en esta disciplina única como ninguna. Gracias a mis compañeros por todo lo que aportáis: apoyo, amistad, ejemplo de superación y por supuesto a mi Maestro, gracias por todo lo que he aprendido a tu lado y sobre todo por creer en mí. He descubierto que mi mayor enemigo era yo mismo y he vencido.

Jordi Ribera Capellino

lunes, 11 de septiembre de 2017

Aikido niños

El próximo domingo 17 de septiembre de 10h a 12h abrimos las puertas del Club Aikido Alcoy para todos aquellos niños que quieran probar este Arte Marcial.
Compañerismo, concentración, respeto, autocontrol, si buscas estos valores para tu hijo ven y prueba, te esperamos en el polideportivo Francisco Laporta.


jueves, 11 de mayo de 2017

Homenaje a José Balaguer 2017


“El Montdúver: entre la Valldigna i la Safor”
Montdúver, 841 m
 



Eixida: Dissabte 20 de Maig a les 8,30h a la Gasolinera Bou (entrada d’Alcoi). 
Equipatge: Calçat, roba esportiva del club (preferentment), aigua i bocata, i per al dinar el que cregueu. 
Durada: 3 hores i mitja. 
Nivell de dificultat: Baix-mitjà.

Salida: Sábado 20 de mayo a las 8,30 en la gasolinera Bou (entrada de Alcoy).
Equipaje: Calzado, ropa deportida del Club (preferentemente), agua y bocata, y para comer lo que creáis.
Duración: 3 horas y media.
Nivel de dificultad: Bajo-medio. 

El primer que cal destacar del nom del cim és, precisament, les diferents denominacions que rep: Montdúber, Montdúver, Mondúber i Mondúver. Per a mi, la correcta és la més valenciana: Montdúver o bé Mondúver. En la foto es veu ple de neu, cosa poc habitual però probable, donat que estem en comarques la Safor i la Valldigna, d’un nivell de pluges molt elevat. Esperem que les boires marines ens deixen vore l’esplèndid espectacle que apareix en la serigrafia, ubicada al final del text, que potser pertany a alguna edició del llibre de Cavanilles. El Montdúver i les terres de la Valldigna i la Safor han estat habitades des de ben lluny. Els neandertals ja xafaren estes terres, per la seua abundància en caça, pesca i espècies vegetals amb fruit; de fet, als peus del Montdúver està el centre d’interpretació de la Cova del Parpalló. El bosc mediterrani ens envolta, però no tant com toca, perquè malauradament els incendis l’han perjudicat molt. Voreu pins dels dos tipus, el carracs i crec que també pinastre. També hi trobareu l’estepa blanca i la rosa, la maçanella borda, el romer i el romer mascle. Les espècies vegetals ens indiquen el clima subhumit de la serra i la seua bondat climàtica per a elles (les plantes) i la seua reproducció. Recordem que estem en terres de la Valldigna, que ix a la Safor (baixa) per Barx (Barig). La ruta dels Monestirs ens queda als peus i a l’oest, camí que tots els valencians hem de fer, com els àrabs el fan a la Meca.

L’excursió que farem és curta i la dificultat mitjana; hi ha pendent però la farem “espaiet”. Recordeu portar aigua abundant (és solana), i calçat i roba esportiva, preferentment roba del Club: samarreta, barret, etc. L’excursió d’anada i tornada des del punt d’eixida són uns 7 quilòmetres, és a dir, 3,5km d’anada i els mateixos de tornada. Per als “samurais” del club, tranquils, perquè no dona temps a usar el bokken. Els xiquets pillaran la davantera i fins i tot aniran per les travesses, i arribaran com sempre els primers. El dinar serà en l’àrea recreativa de la Font de la Drova, i allí cadascú portarà un menjar més o menys elaborat, però agraït. Ens vegem allí per a estar amb Jose una altra vegada.

***

Lo primero que hay que destacar del nombre de la cima es, precisamente, las diferentes denominaciones que recibe: Montdúber, Montdúver, Mondúber y Mondúver. Para mí, la correcta es la más valenciana: Montdúver o Mondúver. En la foto se ve lleno de nueve, cosa poco habitual pero probable, dado que estamos en las comarcas de la Safor y la Valldigna, de un nivel de lluvias muy elevado. Esperamos que las brumas marinas nos dejen ver el espléndido espectáculo que aparece en la serigrafía, ubicada al final del texto, que puede ser pertenezca a alguna edició del libro de Cavanilles. El Montdúver y las tierras de la Valldigna y la Safor han estado habitadas desde hace mucho tiempo. Los neandertales ya pisaban estas tierras, por su abundancia de caza, pesca y especies vegetales con fruto; de hecho, a los pies del Montdúver está el centro de interpretación de la Cueva del Parpalló. El bosque mediterráneo nos envuelve, pero no tanto como debería, porque desgraciadamente los incendios la han perjudicado mucho. Veréis pinos de los dos tipos, el carrasco y creo que también el ródeno. También encontraréis la jara blanca y la rosa, el manzano borde, el romero y el romero macho. Las especies vegetales nos indican el clima subhúmedo de la sierra y su bondad climática para las plantas y su reproducción. Recordemos que estamos en tierras de la Valldigna, que salen a la Safor (baja) por Barx (Barig). La ruta de los Monasterios queda al pie y al oeste, camino que todos los valencianos hemos de hacer, como los árabes lo hacen a la Meca.

La excursión que haremos es corta y la dificultad media; hay pendiente, pero la haremos “despacico”. Recordad traer agua abundante (es solana), y calzado y ropa deportiva, preferentemente ropa del Club: camiseta, gorra, etc. La excursión de ida y vuelta desde el punto de salida son unos 7 kilómetros, es decir, 3,5 km de ida y los mismos de vuelta. Para los “samuráis” del Club, tranquilos, porque no dará tiempo a usar el bokken. Los niños cogerán la delantera e incluso irán por los atajos, y llegarán como siempre los primeros. La comida será en el área recreativa de la Font de la Drova, y allí cada uno traerá una comida más o menos elaborada, pero agradecida. Nos vemos allí para estar con Jose una vez más.

Por Antonio

martes, 7 de marzo de 2017

Una de cal y otra de arena / Sinfonía de colores

Aquí os dejamos dos crónicas del pasado curso de Octavio de la Mata y Bruno Balaguer. Como podréis leer, el curso dio mucho de sí...


Una de cal y otra de arena

Fraguando, junto con el agua, la dureza del mortero, su función, para lo que ha sido concebido y su efectividad. Algo parecido podría decirse de este curso.

El pragmatismo de Octavio es indiscutible. Sus técnicas son sinceras, desnudas de formalismos innecesarios y desprovistas de florituras. Práctico, directo y efectivo son las palabras que describen su aikido. Gestiona el centro, la distancia, un buen desplazamiento, un buen desequilibrio, armoniza con aite… pilares para un movimiento nada ostentoso, llano y terriblemente efectivo. Es capaz de transmitirte el peligro de un ataque de cuchillo y la tensión tranquila que es necesaria para poder neutralizar un ataque de esta naturaleza. Octavio es sincero en sus técnicas, y así las propone y así las pide. El ataque debe ser sincero, real, funcional y TORI debe desenvolverse del mismo modo, de forma sincera, percibiendo la seriedad de la situación pero actuando sin brusquedades, sin tensiones y con una continua sensación de control de la situación. Para este control, para esa unión con AITE es fundamental el MAI-AI, la correcta gestión de la distancia, del espacio. Hay que armonizar esa distancia con el uke. Sea cual sea la técnica que empleemos espontáneamente, la funcionalidad de la misma dependerá del adecuado posicionamiento y gestión del espacio y distancia. Más claro agua, transparente como Octavio.

Bruno por su parte hizo hincapié en el AI, la armonía con el AITE; el agresor no debe percibir que ya está derrotado antes siquiera de establecer contacto con tori, antes siquiera de decidir como va a atacar. Es tori el que realmente toma la iniciativa al establecer su ventaja con un leve desplazamiento de los pies, con un suave giro de caderas, con una ligera inversión de sus muñecas. Este pequeño posicionamiento inicial es fundamental según Bruno, y lo mas importante es que no debe ser agresivo con uke, las dos fuerzas-energías deben fundirse para arrastrar entonces a AITE hacia su derrota sin que lo perciba, hasta que ya es demasiado tarde para él. Esperar a que uke decida cómo atacar y dejarlo hacer sin tomar esa sutil ventaja inicial es un error. Y por supuesto también es un error dejar que se rompa ese escurridizo contacto y conexión con aite que debe continuar; no hay que dejar que se rompa ese “hilo” invisible que nos une a AITE y que hace que nos movamos al son con él. Es un concepto sutil y unas sensaciones de alto nivel.

Ambos maestros enseñaron que ante la diversidad de ataques con los que nos puede agreder uke, son fundamentales una breve anticipación, un adecuado reposicionamiento, una distancia adecuada (MAI-AI) y una medida sincronización con aite (AI). Pocos conceptos pero muy importantes y mucho trabajo que hacer para gestionarlos correcta y simultáneamente. Los dos se completan, son dos ángulos desde el que observar y analizar el Aikido, pero que se unen y complementan para dar efectividad a este maravilloso arte marcial.

Esperemos poder seguir disfrutando de las enseñanzas de estos dos maestros en simbiosis en Alcoy durante muchos años más.


Marco A. Montava Belda








Sinfonía de colores

Se funden a las puertas de la primavera en una misma melodía dos principios básicos y esenciales del budo, dos principios atraídos que bailan al mismo son. Dos elementos imprescindibles llevados a la práctica.

Comenzamos el estudio no sin antes adentrarnos hasta lo más profundo de nosotros mismos, interiorizando y buscando nuestra paz interior para preparar el camino.

Bruno nos apacigua, para llevar la furia intrínseca del budoka a un crecimiento personal, a un estudio individualizado con la finalidad de adherirnos a nuestros semejantes, tratándose así de una sinfonía armoniosa, deleitable a la vista, tan efectiva en la ejecución de la práctica que se puede apreciar una fusión de budokas. El ai.

Esa preparación conlleva una buena respiración, un contacto con nuestra propia alma, un ko y un kyu, un espirar y un inspirar correcto para llevar a cabo la maestría en nuestros movimientos. Tales, apreciados en la práctica de Bruno, mostrándonos el control fundamental de la respiración, la calma en sus técnicas ejecutadas con decisión, como si escribiera una sinfonía, una sonata para la orquesta, para nosotros, queriendo transmitir esa coordinación, esa velocidad y ese equilibrio que da el kokyu para tratar de llegar a ser tori y uke en un unísono armonioso.

La canción suena si entre las notas existe una buena relación entre el espacio y el tiempo, si hay armonía en la ejecución del primer movimiento, el más importante, y que nos muestra a la perfección Octavio.

La orquesta continúa labrando camino en el tatami mediante las técnicas propuestas por Octavio, que deleitan nuestros oídos en la composición donde se aprecia exactamente ese ma-ai, tan imprescindible en la práctica del budoka para no convertirnos de tori a uke en un instante.

Así, fue una práctica sin precedentes, un curso que se esfumó en un abrir y cerrar de ojos dejándonos un muy buen sabor de boca donde interpretamos lo que los directores de orquesta compusieron, fieles a su kamae analizando cada secuencia de movimientos. Un trabajo que refleja muy bien el estado de su estudio.

De esta manera y para años venideros, esperaremos la llegada cercana de la primavera para poder seguir disfrutando del compás en forma de técnica que estos dos maestros ponen a nuestra merced. Octavio de La Mata y Bruno Balaguer.


Fran Gómez.


martes, 21 de febrero de 2017

ETERNOS PEREGRINOS

Qué nos transmitieron Tomas y Octavio en este curso: que no se puede hablar de crecimiento y evolución, el gran salto a SANDAN, si con ello nos estamos refiriendo a un proceso pasivo y automático. Que, por el contrario, debemos poner énfasis en la continua actividad y en el continuo entrenar, lo que nos llevará a  desarrollar una energía vital constructiva que mejorará nuestra técnica, y se trasladará a un crecimiento marcial.

El Maestro nos dejó claro que con el paso a SANDAN se pueden producir dos procesos o fases: construcción o destrucción. Una es la de asegurar el nuevo estatus como un punto de reposo de carácter definitivo, con ausencia de toda transformación, o sea, tendencia a la cristalización. La otra es un impulso hacia un flujo continuo, hacia una mutación permanente. Esta última es la vía a seguir, un camino ascendente que tiene su origen pero nunca un final.

Tomás Shihan trabajó con fundamentos y los convirtió en suyos, pero eso sí, con el centro, el corazón y el alma hacía fuera, transformándolos en un conjunto, en un organismo unificado, mutando así los sonidos en partitura, y la partitura en arte. Con este trabajo consiguió derramar sustancia interior, y pudimos sentir inconscientemente como su desarrollo técnico funciona de acuerdo a determinadas leyes; la austeridad de las formas, el realismo en su factura, el metsuke sereno, el kamae centrado.

Cualquier movimiento que se desvíe del camino de la austeridad lleva a un callejón sin salida. De esta forma consigue poner rostro a la técnica y llenarla de sentido, haciendo que el espectador sea capaz de percibir las emociones que libera al ejecutar la técnica despojado ya de la tiranía autómata que nos esclaviza, y transformar esos milenarios elementos; de ELLOS para él, y a través de Él a nosotros.

En definitiva consiguió martillear nuestros sentidos, logró que el aikido palpitará en nuestras manos, con él nos dejó su aliento, sus anhelos, sus ilusiones y un tajo marcial que rasgó nuestro interior.

El aikido es:
expresión de movimiento, centro, instante,
metsuke que trasciende,
esencia que retiene,
kamae que centra y ejecuta,
el espíritu de una pasión.
Tomás y Octavio; gracias por transmitirla
junto a la ilusión de compartirla.

En cuanto a Octavio que decir, maestro también de nuestra casa, fue sonido de alto voltaje que sirvió para preparar la mente y el cuerpo a un encuentro con los diablos interiores que nos devoran: el tribunal, el examen, los nervios, nuestro uke, nosotros mismos. Una preparación dura que paseó por nuestro interior encontrándose con nuestros límites, y llegando a lugares que despertaron el trabajo de años, sudor y esfuerzos.

Centró su discurso en una propuesta novedosa, una aproximación a la técnica desde el kamae, lo que significa fundirse con la gravedad misma, un duro y penoso sendero que conduce a profundizar en el conocimiento de tu cuerpo pero que nos ayuda a liberarnos de nociones como fuerza y espacio.
Su kamae refleja un centro sólido del que emanan técnicas complejas y efectivas que transmiten tranquilidad.

Para él es muy importante la utilización de un centro estable y armónico, como también lo es la manifestación de la potencia en el kamae.

Hemos podido disfrutar de lo mejor de los dos maestros, un SHIHAN y su alumno directo, una gratificante respuesta a las muchas dudas acumuladas durante años, dando un nuevo significado a los conceptos que teníamos de eficacia y eficiencia, labrando de esta forma un camino libre de obstáculos.

No nos despedidos sin el recuerdo, sin manifestar la enorme deuda de gratitud, el afecto y el cariño que sentimos por nuestro maestro Bruno Balaguer. Él, que siempre estuvo ahí, más que nosotros, empujando, tirando de entre los huesos, de nuestros corazones, puliendo sonidos que conocía a través de eternas escuchas, nunca cansado, siempre exigente. ES HISTORIA DE NUESTRA HISTORIA, caminando juntos por una aventura donde todo es posible. 

También a todo el Club, en especial a los muchos que nos acompañaron en este larguísimo viaje, una lealtad que no se olvida. GRACIAS.

Al tribunal también gracias por vuestra benevolencia. Se recompensará con sudor y esfuerzo. Nos habéis abierto nuevos caminos, otras formas de viajar por el sendero del BUDO, con los sentidos expectantes y la mente abierta, y el corazón, el corazón siempre a punto.


X   Julio Maestre





martes, 7 de febrero de 2017

Cortando el alma

El invierno es tiempo de recogimiento, especialmente en nuestro entorno montañoso, de recoger las experiencias vividas y transformarlas en riquísimos y excelentes momentos. El silencio es el arte del guerrero…, y la meditación es su sable, y es de ahí de donde nace este curso, en seiza, cortando el alma, sintiendo como penetra por nuestra columna vertebral devolviendonos la fluidez corporal.

Comenzó el curso facilitando el conocimiento de nuestras capacidades naturales de movimiento y coordinación, a la vez que facilitaba nuestra búsqueda de recursos para aquellos movimientos más complejos, de tal forma que se produjera un diálogo entre el cuerpo y el sable (técnica) utilizando la respiración como puente de comunicación.

La técnica se vuelve más suave y sincera cuando no se le impone innecesariamente aspectos emocionales, es la diferencia entre la lógica y la intuición, un auténtico punto de inflexión, que va de la ejecución al alma.

Técnicas de sable para el aikido, creo que por ahí fue un poco el desarrollo del curso. Dijo un conocido maestro del sable: “Pensad demasiado en la espada y perderéis de vista el fin. Quizás entenderéis esto con mayor facilidad si veis la esgrima sin espada”. He ahí el vínculo de unión entre uno y otro, buscar movernos de la manera más eficiente y económica posible, sin oponer resistencia alguna. Mente, cuerpo y caderas, se mueven como una unidad, conducidas por un increíble sentido y espíritu interno. No hay sable fuera de la mente, el sable eres tú.

Con estos nuevos conocimientos de corte vivencie el equilibrio/desequilibrio, y entendí porque había perdido capacidad de giro y fluidez en la técnica y una nueva sensación tomaba realidad, unos movimientos coordinados de cadera, brazos y piernas y un nuevo significado del trabajo con el peso corporal, fueron pequeños momentos que abrieron un poco de luz en ese laberinto que es el camino a la conciencia.

Esta relación planteada equilibrio/desequilibrio creo un juego de contrastes propio de la sutil combinación de estética y técnica que tanto caracteriza el trabajo de Fernando. Potencia y sutileza. Lo fuerte junto con lo frágil. Lo ligero con lo pesado. Arte y técnica.

Nos enseñó que con el sable es posible articular mensajes hermosos en estética y contenido. A la vez que, constituye un ejercicio que apacigua y educa la mente penetrando hasta el alma.

El contraste entre la tensión de permanecer (de presencia) y el movimiento de interactuar ante el ataque generan el aparecer de la sutileza de un gesto, lo cual gráficamente se traduce en un corte instantáneo y perfecto, puro zen en movimiento.

Con su trabajo logra que la mirada individual y la imaginación aporten su visión del aikido. No es un trabajo coactivo sino constructivo, se trata de una creatividad perceptiva e incluso poética que nos lleva a lo que pretende transmitir de una forma admirablemente hábil.

Con todo esto Fernando consigue regalarnos un excelente curso, un constante fluir técnico al que no se le puede interponer reproche alguno, pertrechado del conocimiento que le proporciona una ya vieja mochila de conocimientos, consigue guiarnos por este sendero marcial.

Emociona y cautiva el situarse ante este desarrollo imaginativo de técnicas, en el que prima la versatilidad y la originalidad frente al virtuosismo robótico, y la sutiliza inquietante por encima de la obviedad recalcada.

Fernando alcanza a realizar gestos y cortes hilados que saben a remansos de antiguos conocimientos, un trabajo fascinante que nos invita a la concentración. Acabamos igual que empezamos, envueltos en el silencio, ecos profundos que cortan el alma.

Por Julio Maestre



jueves, 26 de enero de 2017

Curso de Aikido e Iaido


Otro año más podremos disfrutar, de un magnífico curso con nuestro amigo Fernando Valero Cardona, que desarrolla el Aikido desde la base del sable, aprendemos a usar el sable para mejorar nuestro Aikido, muy interesante