Hace casi tres años descubrí a este gran club y con él, la verdadera
esencia del Aikido. El comienzo fue muy duro físicamente para mí, dada
la vida tan sedentaria que tenía desde hacía unos años. La motivación
que me hizo dar el paso de formar parte de esta gran familia fue el
texto escrito por nuestra compañera Encarni sobre sus sentimientos
vividos en su superación personal y la victoria contra el propio miedo,
la vergüenza y el dolor. Me alegra haber podido realizar este
descubrimiento que me ha marcado tan positivamente en mi vida, ahora no
concibo una vida sin el Aikido.
La primera prueba a la que asistí
fue la de Fran, aprendí que no sólo es una prueba física, también
influye la motivación, la lucha contra uno mismo, el poder de la mente,
la fuerza que somos capaces de expresar y la resistencia a la derrota.
Pero ninguna palabra transmite las sensaciones que se viven en la
prueba de la Hakama. El miedo, el dolor, la vergüenza y la sensación de
abatimiento no se pueden describir. Caer y levantarse, caer otra vez y
otra, en un bucle que no parece tener fin. Con tu mente en contra y el
fracaso siempre presente, descubres que estás solo. Te duele el cuerpo y
apenas puedes respirar, pero al final te levantas e intentas mantener
la marcialidad, en un combate interminable contra uno mismo.
Me
siento orgulloso de haber llegado hasta aquí, es un honor. Tengo un
largo camino por recorrer en esta disciplina única como ninguna. Gracias
a mis compañeros por todo lo que aportáis: apoyo, amistad, ejemplo de
superación y por supuesto a mi Maestro, gracias por todo lo que he
aprendido a tu lado y sobre todo por creer en mí. He descubierto que mi
mayor enemigo era yo mismo y he vencido.
Jordi Ribera Capellino
1 comentario:
Qué grande eres!
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