11 de la mañana, todos presentes en el
Pabellón de Deportes de la Universidad de Alicante donde se celebró el pasado
sábado y domingo, 21 y 22 de Noviembre, el curso nacional de Aikido impartido
por sensei Roberto Sánchez. 15 miembros del Club Aikido Alcoi más otras caras
conocidas provenientes de Cuenca, Castellón, Alicante… Momentos de encuentros y
risas. Buen ambiente y buen trabajo, así se puede resumir el trabajo de este
curso, adaptándonos a los imprevistos porque eso también es aikido:
flexibilidad, adaptabilidad, fluidez. El tatami realmente se quedó muy pequeño
para todos los participantes allí presentes, pero con una rápida actuación de
nuestros amigos de San Vicente lo pudimos ampliar ligeramente para estar más
cómodos.
Roberto imprimió en el trabajo ese ritmo
al que nos tiene acostumbrados, mentalmente sereno pero físicamente intenso.
Empezando con suaves movimientos en suwari-waza, construyó poco a poco y
añadiendo cada vez más complejidad a los movimientos todo un abanico de
técnicas centradas en el shiho-nage, entre muchas otras, pero esta
especialmente sobre la que construyó la mayor parte del trabajo inicial que nos
propuso . Abordó esta técnica básica desde muchos y diferentes ángulos,
mostrándonos como debemos adaptarnos al aite para, dependiendo de la cualidad
de su ataque, construir un shiho-nage limpio y elegante, pero que debe y puede
arrancar de diferentes formas atendiendo al modo en que en ese instante se
estén relacionando tori y aite. Conseguir sentir esa relación que existe entre
tori y aite en un determinado momento y adaptarse a ella para construir el
movimiento (en este caso shiho-nage) lo más limpio posible es realmente
difícil.
Nos llevó a través de un interesante
recorrido por un gran número de técnicas en las que unas surgían naturalmente
de las precedentes, pero ello con un propósito más elevado que el simple hecho
de explicarnos un amplio repertorio de técnicas; la intención era que
entendamos que el tori no debe limitarse a "reaccionar" al ataque de
uke, sino que debe existir entre tori y aite una conexión, una unidad. Tori
debe conseguir sensibilizarse y estar receptivo a su aite, debe estar
contínuamente atento a su respiración, su cansancio, ritmo, velocidad, a su
intención para fluir con él, de modo que la técnica surja de un modo natural
sin brusquedad, sin tropiezos y sin agresividad pero con efectividad. Y surge
de ese modo porque si tori consigue esto con su aite, es como si se uniese a
él, formando una unidad, y una unidad nunca lucha con violencia consigo misma.
Difícil de conseguir, pero se debe intentar.
También recalcó el trabajo de aite,
recordándonos que cuando practicamos aikido en el tatami lo estamos practicando
tanto cuando actuamos como tori como cuando actuamos como aite; la presencia,
atención y espíritu marcial debe estar presente en todo momento y estamos
aprendiendo desde que entramos hasta que salimos del tatami, sea cual sea
nuestro papel y grado. El ambiente de práctica con los compañeros/as fue muy
agradable e incluso divertido, pero siempre con gran intensidad; realmente muy
satisfactorio.
La unión de los participantes creó un
buen ambiente, entusiasmo e intensidad. La unión de tori con su aite, crea una
técnica limpia, cómoda y efectiva, y la acerca a la perfección si es que eso
existe. En ambos casos, "la unión hace la fuerza". Gracias a todos
los amigos/as que allí nos reunimos para tener unas horas de agradable práctica
del aikido y a sensei Roberto por sus siempre interesantes explicaciones y
propuestas. Esperemos verle de nuevo pronto. Gracias sensei.
Marco A. Montava
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