No lo defraudamos y una veintena de participantes acudieron de todos los rincones, desde lugares tan lejanos como Castellón o Yecla a otros más cercanos de poblaciones vecinas.
Comenzó el curso con un calentamiento muy centrado en el bajo vientre, ejercicios de movilidad de caderas tanto laterales como frontales, levantamiento imaginario de peso con expulsión fuerte de aire, el ejercicio de funatori furutama, que consiste en que partiendo de las caderas imitamos el movimiento de los pescadores o samurái cuando remaban hacia la batalla, etc.
Sin cambiar el rumbo del mismo, pasamos a realizar la técnica-ejercicio de kokyu-ho, pero enfocada más a una idea de potenciar la respiración y a una coordinación de la misma con nuestro cuerpo, a un trabajo puro de centro y del poder de nuestro peso sobre el adversario. La idea nos pareció fascinante, y a través de ella encadenó ya las sucesivas técnicas con las que desarrolló el curso.
Siguio el mismo con los kihon waza, técnicas base que son el fundamento del Aikido, todas ellas desarrolladas a través de los movimientos del sable, tanto en los desplazamientos a la hora de ejecutar las técnicas, basados en las ocho aperturas, como en los irimi-tenkan simultaneados con los movimientos de corte, siendo muy incisivo a la hora de corregir las técnicas si observaba que no se ejecutaban las aperturas de caderanni se descargaba el peso corporal en el momento de realizarla. Todas estas técnicas las realizamos tanto en suwari-waza como en tachi-waza.
Acabada la primera parte del curso y durante la hora de la comida, el maestro Bruno Balaguer le comentó que iba a presentar este año alumnos a los exámenes para Nidan y Sandan, sugiriendo que cambiara un poco el desarrollo del curso y que al finalizar el mismo realizara un simulacro de examen.
Las conclusiones que desde el Club de Aikido Om hacemos del curso de Fernando Valero son las siguientes. Que las técnicas de Aikido deben nacer de nuestro centro y que éste es un punto de equilibrio necesario a la hora de ejecutarlas. Que las técnicas no se hacen principalmente con los brazos y muñecas de Uke, sino con su centro, apoderándonos de él y robándoselo, haciéndolo nuestro. Que cualquier movimiento debe partir y comenzar en y desde la cadera, abriéndola y cerrándola según sea el ataque de Uke, y que ella debe ser el timón que nos guíe.
Para acabar, recordemos la frase de O'Sensei: "Para poder hacer un círculo se debe tener un centro".
Julio Maestre
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