El pasado fin de semana nos desplazamos al Curso Nacional de Aikido impartido por nuestro Director Técnico Tomás Sánchez y una vez más nos fuimos satisfechos por el trabajo que nos propuso durante el curso.
En la mañana del sábado estuvimos trabajando desde el ataque Ushiro Eridori, justo el mismo ataque que llevamos trabajando con Bruno durante estas semanas, pero la sorpresa fue que en vez de ir a la mano de agarre íbamos a la otra mano, muy interesante bajo mi punto de vista.
Después de la sesión matutina nos fuimos a comer a una pizzería cercana al hotel donde coincidimos con otros Aikidokas y allí estuvimos intercambiando vivencias, después nos fuimos hacer la bien merecida siesta hasta la hora de volver a entrenar.
Ya por la tarde y con el cuerpo más hidratado y descansado, empezamos la clase con el ataque Ryotedori, desde este ataque nos demostró que nos tenemos que mover con fluidez y para conseguir esta fluidez el cuerpo tiene que hacer la técnica en un acto reflejo y la única manera es repetir las técnicas hasta la saciedad (ánimo, uno y dos, después del dos viene el tres, no hay tres sin cuatro, después del cuatro el cinco y cambio).
En el curso, lo que más me gusto fue el humor que tiene Tomás para decir las cosas y la gente que no lo conoce se asustaba al oírle (y no estoy enfadado), ya que repartió desde el más novato y hasta el más veterano, y eso que más de uno pensaba que no lo veía.
Al finalizar la sesión de la tarde nos fuimos a probar esas tapitas tan ricas que hay en la plaza de toros de Granada y después de disfrutar de la gastronomía granadina nos fuimos a descansar, ya que al día siguiente nos esperaba un largo trayecto de vuelta a casa.
David Cortés, Julio Maestre, Tomás Sánchez y Jesús González.
Foto del grupo.
Crónica por David Cortés.
1 comentario:
¿No me digas que repasásteis lo que estamos haciendo en clase? Mecachis en la mar...
Me hubiese gustado mucho ir al curso (por no hablar de lo de las maravillosas tapas granadinas... ains). A ver si para el año que viene puedo ^^
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