Qué podemos contar al acabar del curso dirigido por Javier de María. ¿Por dónde empezar? Primero: mil gracias por haber venido, por acudir a la segunda de nuestras citas anuales y ayudarnos a entender cada día un poco más el Aikido.
Después del curso, te paras a pensar todo el trabajo que has realizado, que hemos compartido, y te das cuenta que poco o nada ha dejado en el tintero por practicar, por experimentar. Desde una simple voltereta hasta la técnica más complicada, removiendo así sensaciones que a veces se olvidan o quedan en segundo plano (la respiración, el centro, la postura, la relación con uke), y que Javier consigue hacernos entender que todo en la práctica, en la clase, tiene su importancia, su razón de ser, se trabajan los diferentes elementos para crear el puzzle completo.
Todo esto lo vengo a decir porque al empezar el curso estuvo explicando la importancia del centro, que teníamos notar nuestro centro en todo momento, incluso haciendo ukemis, y entre nosotros nos mirábamos y nos preguntábamos un ukemi es un ukemi y yo ya se hacerlo, pero después de intentar hacerlo como el nos pedía, nos dábamos cuenta que todo es importante en el Aikido, que no puedes dejar una cosa a un lado porque ya sabes hacerla o crees que sabes.
Bueno en pocas palabras hacía tiempo que no disfrutaba tanto practicando ya que dió una clase para todos, desde el mas novato hasta el mas experto aikidoka, desde el trabajo básico de caída hacia delante y las sensaciones que con lleva, hasta el ataque de varios, pasando por la práctica con el jo.
Por este motivo invito a todo el que no haya tenido la oportunidad de asistir a un curso de Javier de María, que si tiene la oportunidad que no se lo piense dos veces y vaya , que va a disfrutar. O también pueden venir a nuestro humilde dojo el año que viene, cuando Javier vuelva a visitarnos.
Muchísimas gracias Javier, esperamos volver verte pronto en Alcoy.